Valga esto como homenaje al recientemente fallecido Jorge Camacho, pintor surrealista cubano que llegó a tener estrecha relación con Andre Breton y el grupo parisino desde comienzos de los años 60. Pese al transcurrir del tiempo Camacho se mantuvo fiel al proceder surrealista. Su universo, absolutamente personal y repleto de referencias a la alquimia y la magia ritual (tanto occidental como de las tradiciones americanas precolombinas) también se vió muy influido por la naturaleza viva del sur de España, ya que desde los 70 repartió su residencia entre París y la localidad onubense de Almonte, en pleno contacto con el parque nacional de Doñana.
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